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La foquita que quiere a las personas y no puede alejarse de ellas

Una historia tan tierna como particular

La tierna historia de una foquita que quiere a las personas tanto que no puede despegarse de ellas. Cuando a los animales se les da amor y cuidado…

En 2016 la pequeña foca llamada Kroshik, que pesaba sólo 4 kg en la época, fue encontrada por un pescador en el Lago Ládoga, en el norte de Rusia.

Al percibir que se trataba de un cachorro, el hombre decidió llevar a la foquita a un centro de rehabilitación.

Al llegar allí recibió varios tratamientos hasta estar bien de salud, pero tenía un comportamiento diferente a las demás.

Los trabajadores del lugar percibieron que Kroshik exigía mucha atención y cariño como si fuera un gato o un perro. No hay dudas… ¡es una foquita que quiere mucho a las personas!

Cuando la foquita finalmente creció, el centro intentó devolverla al mundo salvaje.

Sin embargo, siempre que era puesta en libertad, Kroshik hacía algunas inmersiones pero luego volvía a las personas indicando que no quería volver a la naturaleza.

Fue entonces que los biólogos del centro decidieron dejarla en el lugar por lo menos un año más.

Durante ese tiempo le dieron un tratamiento que la hiciera ser más independiente. Y eso sucedió hasta mayo de 2017 cuando intentaron nuevamente soltarla en el Lago Ládoga.

¿Volver a la naturaleza?

Kroshik nadó durante dos horas cerca de las márgenes del  lago. Después de algún tiempo, desapareció de los ojos de los cuidadores que pensaron haber completado su trabajo.

Sin embargo, la pequeña permaneció en el lago durante 4 semanas siempre buscando contacto con el ser humano.

El problema fue que durante estos intentos, hizo algunas cositas equivocadas como robar pescado de los barcos e incluso morder a algunas personas.

Hasta que Kroshik decidió salir del agua de una vez por todas. Fue cuando los especialistas del centro percibieron que el estado psicológico de la foca no ayudaba a la adaptación en la naturaleza ya que estaba completamente apegada a los humanos.

Después de ese mes, finalmente dejaron que la foquita volviera  al centro de manera  permanente. Allí, ella vive un ambiente muy parecido a su hábitat natural.

Además, está foquita está  siempre en contacto con sus personas favoritas, que la dan comida y un mimo en su panza.

Kroshik terminó convirtiéndose en la favorita de todos los empleados que ahora pretenden tenerla por siempre en el centro.

Espero que te haya gustado la historia de esta foquita que quiere a las personas y de ser así, te pedimos que la compartas en las redes sociales. Gracias.

Fuente: http://bestofweb.com.br/

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