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El hombre recibe a Neo de cachorro. Después conoce la verdad…

No todo es lo que parece

Fue amor a primera vista cuando un hombre de Tucson en Estados Unidos vio a Neo por primera vez. Sus grandes ojos y orejas encantadoras hicieron que el hombre inmediatamente lo quisiera adoptar.

El nuevo propietario estaba muy contento, ya que quería pasar muchos años con su nuevo amigo.

Sin embargo, había algo que estaba mal.

Después de unos días, el dueño percibió que el animal tenía un comportamiento un tanto diferente a los otros perros.

Siempre estaba muy nervioso y tímido en torno a otras personas. Y si el animal salía para dar un paseo, empezaba a hacer pis y se tropezaba.

Un día, salió del patio trasero mientras su dueño estaba en el trabajo y su instinto fue inmediatamente ir a ver a los otros perros. Parecía que estaba tratando de relacionarse con ellos a toda costa.

A pesar de que el hombre había colocado una cerca muy alta alrededor de su jardín,  había  logrado salir del jardín para visitar a los otros perros del barrio.

Un día uno de los vecinos, cansado de las constantes visitas  del perro, lo llevó a la Humane Society de Arizona del Sur, con la esperanza  que su dueño y el refugio encontraran una solución al comportamiento errático del animal.

Fue ahí donde Maureen O’Nell, uno de los empleados del refugio, entendió que no era un perro común.

En realidad no era un perro

«¿Sabías que no es un perro?» dijo Maureen.

En realidad, no era un  perro era un lobo tanto en apariencia como en comportamiento.

El funcionario inmediatamente contactó al propietario, para contarle la noticia e informarle que necesitaba un permiso especial para poseer este tipo de animal.

El joven se sorprendió y acordó entregar a Neo al Wolf Connection en California, donde él podría vivir con otros lobos en una reserva destinada a ellos.

Fue puesto en cuarentena en la reserva porque los veterinarios tenían que cerciorarse  que no tenía enfermedades.

Hoy, finalmente encontró su lugar y los empleados de la reserva no tienen dudas que es más feliz que nunca.

Los lobos están hechos para vivir en grupo y estamos muy felices que finalmente haya encontrado su lugar.

Los lobos están hechos para vivir en grupo y estamos muy felices que finalmente haya encontrado su lugar.

Una historia tan particular merece que la compartas  con tus amigos y familiares ¿No te parece? Gracias por tu atención.

Fuente: The Dodo

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