Ante las pruebas hay que defenderse de alguna forma
A veces es imposible negar los hechos. Más cuando las pruebas te incriminan. Esto le paso a Miller, quién sintió hambre y decidió que era el momento de alimentarse.
Entonces el perro roba la comida que estaba en el mostrador. Toda la escena fue vista por su dueña Leah Delerme, quién culpa a Miller por lo sucedido.
El perrito intenta en un primer momento no mirarla a los ojos y hacerse el desentendido.
Al ver que la táctica no estaba dando resultados busca una salida elegante para el problema y el resultado es muy divertido.
Al menos sabemos que a él le gusta cepillarse sus dientes y realmente son para hacer un comercial de pasta dentífrica por lo blancos que están.
Desafortunadamente para Miller el veredicto es culpable. Las pruebas obtenidas en su contra son difíciles de refutar.
¡Al menos consiguió alimentarse muy bien antes de ser juzgado!
Si te gustó la historia de Miller puedes compartirla con más personas. Gracias por tu atención. Hasta la próxima.
Fuente: https://ilovemydogsomuch.tv/