Una visita que no falta nunca
Cada mañana, Crystal Hurta tiene un horario estricto. Como consejera en una escuela secundaria en Texas, siempre trata de llegar temprano al trabajo y ayudar a los estudiantes cuando llegan ese día.
Pero también hay una parte de su rutina matutina que involucra a alguien más… una dulce ardilla.
«Por el ventanal de mi oficina se ve un árbol muy grande y hay muchas ardillas», dijo Crystal. «Hace ya algunos años que las observo y noté que a una de ellas le faltaba una pata delantera. Quería asegurarme que comiera lo suficiente, así que comencé a arrojarle un poco de maíz todos los días».
La dulce ardilla, a quien Crystal llama cariñosamente Stubby, estaba más que feliz de tener su platillo de comida gratis y finalmente, todos sus amigos se enteraron que la ventana de Crystal era el mejor lugar para pasar el rato.
Mañana tras mañana durante los últimos tres años, Crystal lleva maíz para darles a las ardillas y luego ellas se dedican a sus actividades trepando a los árboles y buscando nueces mientras ella trabaja.
A las ardillas les encanta tanto el “desayuno” de la mañana que si Crystal se retrasa un día, se sentarán y esperarán en la ventana por ella.
Las ardillas se han vuelto tan especiales para Crystal que, incluso cuando esta fuera del trabajo en el verano, ella regresa cada dos días para asegurarse que estén bien.
«Si por algún motivo no me ven golpean el ventanal como diciendo: ‘ Estás llegando tarde'», dijo Crystal. «Si un día falto a la oficina, mi compañero me comenta al otro día : ‘¡Tus ardillas te han estado buscando!»
Una ardilla le robó el corazón a Crystal
Si bien a Crystal le preocupan todas las ardillas, Stubby tiene un lugar especial en su corazón. El otoño pasado Stubby tuvo tres bebés, y Hurta los ha visto crecer desde entonces.
«La observé corriendo junto a ellos y abrazarlos» dijo Crystal. «Fue lo mejor». Y ahora ella los trae a mi ventana también».
Aunque a Stubby le puede faltar una pata, no hay dudas que ella es la principal ardilla del grupo, dijo Hurta, lo que hace que en ocasiones se produzcan algunas “disputas”.
«Nos reímos mucho de ella, porque si alguien más se acerca al maíz que está comiendo, se lo lleva», dijo Crystal. «No se ve una ardilla que le falte una pata muy a menudo, mucho menos una con una personalidad tan divertida.
Como los animales reconocen a quién le pueden dar amor y cuidado. La dulce ardilla Stubby ya sabe que Crystal es su amiga y puede confiar en ella.
Una historia tan hermosa merece que la compartas con más personas. Gracias por visitarnos. Hasta la próxima.
Fuente: The Dodo