Una perra discapacitada fue abandonada y encadenada a una reja de una peluquería. Fue rescatada y pudo vivir con el amor de una familia hasta sus últimos días.
En 2014, una perra con parálisis en las piernas fue abandonada en la calle Zabala, en la provincia de Salta en Argentina.
En su silla de ruedas fue encadenada a la reja de una peluquería, con un paquete de pañales y una nota con su nombre y edad. En la misma explicaban que quien la dejó allí no era su dueño y que no podía mantenerla.
Un empleado de de la peluquería fue quién la encontró y contactó a la organización de rescate LUBA Salta. Dos de los voluntarios de esta organización fueron en busca del perro y al llegar llegaron, percibieron que no le habían dejado ni agua ni comida.
Estaba completamente asustada y muy débil.
La historia de una perra discapacitada.
Entonces comenzaron a difundir la historia de Lunita y al poco tiempo una familia en Estados Unidos quería adoptarla.
La perrita viajó pero desafortunadamente su nueva familia no estaba bien informada sobre su discapacidad. Desarrolló una seria infección por estafilococos en el tracto urinario lo que le causó lesiones y sarna.
Lunita perdió todo el pelo de la cintura hacia abajo incluyendo la cola. El sufrimiento la hizo perder 15 kilos dejándola casi desnutrida.
Un nuevo hogar
Afortunadamente una nueva familia, quería recibirla para curar sus heridas y brindarle una recuperación adecuada. Después de sucesivas visitas al veterinario, tratamientos médicos y mucho amor, Lunita recuperó 25 kilos y logró curarse.
Gracias a una recaudación de fondos generada por diferentes personas anónimas, pudieron pagar el costo de los tratamientos.
Sin esta generosidad su recuperación habría sido imposible. La perrita estaba feliz con su nueva vida y llena de cariño.
Conoció la nieve, los paseos, y nuevos amigos. Hasta tenía tortas para su fiesta de cumpleaños, como fue su festejo número 11 en el año 2018 que fue un evento de proporciones.
Sin embargo luego de ese aniversario, su condición física se deterioró marcadamente y tuvo que ser internada en terapia intensiva.
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El 8 de julio, el dueño de Lunita confirmaba la triste noticia. «Siento que una parte de mi alma ha muerto. Yo nunca voy a olvidarla y sé cuánto significó para mí. Lunita cambió mi vida para siempre. La amaba mucho » escribió.
Siempre es triste la muerte de un ser querido, pero en este caso nos consuela que Lunita estuvo rodeada de amor hasta sus últimos días.
La perra discapacitada tuvó un hogar que le brindó todo el cariño que se merecía.
Te pedimos que en honor a la memoria de Lunita compartas esta historia en las redes sociales. Gracias.
Fuente: http://www.upsocl.com , Venga La Alegría (Video)